miércoles, junio 20, 2007

Eneatipos

Este es un tema desarrollado por Guillermo Robledo en http://www.psicobolsa.com/
EL PLANIFICADOR.
Las personas pertenecientes a este eneatipo suelen ser ingeniosas, la típica persona "con chispa". Una rapidez y agilidad mental asombrosas cuando se trata de encontrar "la anécdota precisa" o el "comentario gracioso". Socialmente son espectaculares, hacen malabarismos con sus palabras y saben hacerse "el centro" y captar la atención del grupo con sus ocurrencias. Son verdaderas "máquinas" creadoras de posibilidades, planes, proyectos... muchos más de los que pueden llevar a la práctica. Mercaderes de sueños, planificadores perfectos de grandes ideas y planes muy ambiciosos. Expertos en encontrar la perspectiva nueva, el otro punto de vista que arroja luz sobre una situación bloqueada. capaces de presentar ideas nuevas a cada instante con entusiasmo auténtico y contagioso. Por naturaleza tienden a evitar el trabajo rutinario y con un horario rígido. Suelen desarrollar perfiles profesionales poco reglados, generalmente autónomos o asesores que se hicieron a sí mismos y aprendieron a ganarse la vida con su habilidad y su ingenio. Sus intereses se centran en lo inaccesible, lo no explorado, lo más excéntrico. En comparación con el eneatipo seis que busca (y suele encontrar) conspiraciónes negativas, el siete, también con tendencias paranoides, suele encontrarlas positivas -como si el mundo conspirara en secreto para hacerle el bien.
EL SIETE EN EL MERCADO: De lo expuesto anteriormente podemos deducir sus puntos débiles en el desarrollo de su rol de trader: Sus dificultades van a estar centradas en la falta de capacidad para "asentar" un plan o sistema de trading. Eterno investigador y probador de indicadores y sistemas, "chocará" una y otra vez con el mercado quien le mostrará su falta de piedad con el que no se compromete "a fondo" con una disciplina y es fiel a un sistema. Quizá niegue el dolor de la pérdida una y otra vez, aderezando el fracaso con cualquier disfraz que le permita reirse o "jugar" al rol de trader. Tarde o temprano (quizás con la amenaza de la ruina a sus espaldas) decidirá marcharse del mundo del trading corriendo un "tupido velo" -todavía inconsciente- que le proteja del insoportable dolor de la pérdida. Su huida le impedirá contactar con la esencia de su fracaso, su incapacidad de comprometerse, de disciplinarse y de hacer realidad (de una vez por todas) alguno de sus maravillosos planes.
El ESCÉPTICO CREYENTE.
Las personas pertenecientes a esta estructura básica del caracter, a esto modo de "ver" la vida se caracterizan por su "preocupación" constante. Junto con los "cuatro" (que ya veremos en su momento), son los que más se angustian. Podría decirse que su angustia se genera en un circuito-trampa mental. Dudan constantemente de su propia capacidad y sobre todo se inquietan sobremanera pensando en cuales serán las intenciones últimas de los demás. Se sienten muy expuestos a lo que puedan hacerle sus jefes, sus subordinados, la competencia... Especialistas en "estar a la defensiva" sienten miedo no sólo de los rivales sino de los compañeros del propio equipo. La preocupación es algo más que un sistema de alerta o seguridad, es una "marca" de la casa, una manera de orientarse y situarse en la realidad. La ausencia de preocupaciones puede ser dramática para una persona encuadrable en este eneatipo. La naturaleza del "seis" es imaginarse lo peor. Su divisa es el "miedo", la duda o la preocupación, y ante ello desarrollan dos actitudes básicas: La huida o la lucha (huir hacia delante). En definitiva dos modos distintos de resolver una misma angustia, los temerosos huyen de los posibles peligros y procuran no llamar demasiado la atención pareciendo mansos o inofensivos y graciosos. Por el contrario, los luchadores no esperan al peligro (les provoca demasiada angustia la espera) así que se lanzan en busca de sus miedos para afrontarlos directamente con la cabeza alta y el pecho fuera. "La vida es dura", piensan, y tienen que luchar duramente para conseguir lo suyo. Su diplomatura, sienten, es en la "escuela de los golpes" y de la dura lucha . De la mano de su "punto débil" podemos encontrar su virtud. Es en efecto, el valor. Sobre ello han de trabajar (muchas veces durante toda su vida) para ir, poco a poco, superando esa terrible sensación de miedo que inunda sus vidas.
EL SEIS EN EL MERCADO: De lo anteriormente expuesto, se pueden obtener algunas conclusiones importantes de esta estructura en relación con el rol de trader: Su capacidad para los análisis y lecturas del mercado suele ser "excelente", no así su desarrollo y cumplimiento de un sistema o plan de especulación. Sus dudas y sobre todo "sus miedos", van a paralizarle de tal modo que tarde o temprano -y a pesar de sus magníficas dotes de análisis y lectura- acabaran sintiendo el mercado un lugar "demasiado peligroso" para hacer de él su medio de sustento. Del trabajo sobre su propia estructura -sus dudas y sus miedos- va a depender en gran medida el éxito y la supervivencia en el mundo de la especulación. De no hacerlo, la angustia tomará posesión de su pecho y la exposición a niveles extremos de ansiedad puede llevarlos a una vivencia de "colapso nervioso--. No es extraño que alguno haya pasado ya por algún servicio de urgencias con un cuadro parecido al "angor pectoris" o incluso a un ataque cardíaco que tras ser "chequeado" resulta ser una crisis de ansiedad. Las personas pertenecientes a esta estructura han de vigiliar especialmente este tipo de síntomas, así como sus riñones (miedo-respuesta de stress-suprarrenal) y por supuesto su tensión arterial.
El PERFECCIONISTA.
Esta estructura básica del caracter aglutina a personas de "principios". Piensan que hay un camino correcto, un camino honroso, y quieren que el trabajo que desarrollan esté a la altura de las normas, no importa lo mucho que haya que trabajar o el esfuerzo que requiera. Quieren enseñarte a ti a que hagas lo mismo. En el trabajo, son buenos exploradores. Conscientes, formales, organizados, puntuales y trabajadores. Suelen ceñirse a las reglas por lo que en el mercado suelen adaptarse bastante bien a la elaboración estricta de un sistema de especulación y cumplir bastante a rajatabla las premisas del mismo. El lado "oscuro" de este eneatipo viene dado por el sufrimiento que les produce ver todo lo que no está bien: la incompetencia, la falta de compromiso, la escasez de organización, la poca educación y especialmente la falta de valores. Este estado de cosas les hace sentirse obligados a arreglar las cosas. Tienen principios fuertes y mucha energía para arreglarte a ti hasta que vayas al lugar que ellos consideran correcto. Orígenes: Las personas encuadrables en esta estructura caracterial (en esta manera de ver el mundo) sufrieron un bautismo de fuego temprano. Con frecuencia, su padre, su madre o alguna otra persona afectivamente significativa de su infancia fue extremadamente exigente o muy crítica. Se les ataba corto y se les reprendía vivamente cuando transgredían las reglas. (Muy probablemente llegaron a sentir que la conducta ortodoxa y el cumplimiento estricto de las reglas eran necesarias para recibir amor) Muchos recordarán con nitidez el momento en el que se prometieron a sí mismos no volver a cometer jamás un error determinado... ¡ o ningún error ! Muy probablemente fueron niños serios, limpios y buenos que aprendieron a controlar su propia IRA y a dejar de lado sus propias necesidades molestas. Tomaron una decisión que sería trascendental en sus vidas: identificarse con las normas, con lo debido, con lo que está bien, anteponiendolo a sus propios sentimientos. Ya en la vida adulta, el destino del "UNO" descrubrir que el estricto cumplimiento de las normas no "rindió" los beneficios esperados y pueden conectar con un profundo sentimiento de "estafa" al descubrir que se vendieron a la falsa promesa de que un universo justo recompensaría su conducta implacable. Mártires morales, obsesionados muchas veces por el honor de los demás pueden acabar siendo presas de graves resentimientos y amarguras, enfadándose con el mundo y aun más consigo mismos. Físicamente suelen ser altos y delgados con un físico claramente dominado por el sistema nervioso. De postura rígida, mandíbula apretada y frente bien alta. Muy viscerales han de prestar atención a su estómago (gastritis, úlceras, problemas gastrointestinales) y a su esqueleto (dolores articulatorios, especialmente en la espalda, dolores articulares, contracturas musculares diversas) y a problemas de hipertensión arterial.
DESEO BÁSICO: TENER LA RAZÓN. He aquí el tendón de aquiles, en relación con los mercados, de las personas encuadrables en este eneatipo. Su obsesión por "estar en lo correcto", "llevar la razón" o "no equivocarse", pueden llevarles a callejones sin salida en el desarrollo de su rol de trader: * El mercado está equivocado porque YO TENGO LA RAZÓN (siempre la tengo). Tras comprobar que dicho adagio no es cierto (al menos en algunas ocasiones) pueden entrar en una espiral de autoinculpación o autocastigo, llegando incluso a elaborar actitudes "fóbicas" ante el mercado (el gran maestro que lleva a cada uno a enfrentarse con sus más profundas miserias y debilidades). A veces puede desarrollarse un cuadro de "bloqueo" ante la operativa (ya que rehuyen las tareas que, intuyen, pueden no quedar perfectas). Dicho bloqueo puede incluso llegar a adoptar la forma de "colapso incapacitador" (uno de nuestros pacientes por ejemplo, con un sistema absolutamente impecable que le daba señales inequívocas, veía pasar los dias sin ser capaz de "lanzar" su orden a mercado, comprobando a posteriori que su hipótesis de mercado era correcta con el consiguiente aumento de bloqueo al ver otra oportunidad perdida).
El GURÚ
El motor existencial de las personas pertenecientes a este eneatipo es la búsqueda de la totalidad a través del aislamiento. Es una estructura caracterial eminentemente intelectual. Bastante desconectados de lo cotidiano, de la vida real, muestran una marcada tendencia al aislamiento (al “yo me lo guiso, yo me lo como”). Son como Circe, la hechicera de la Odisea, solitarios y astutos. Su excelente dominio de lo intelectual (su territorio natural) les hace candidatos perfectos a ostentar roles como el de “gurú”. Su obsesividad por mantener un control exhaustivo de su mundo y del mundo (sin correr riesgos ni compromisos), hace que gran parte de sus energías estén puestas al servicio de procesos de “control”. El desarrollo de capacidades de “previsión” es una de las más importantes prioridades (ello les dota para ser excelentes analistas). Suelen ser poco generosos con el tiempo (”no pierdo el tiempo con los demás porque tengo cosas mejores que hacer) ya que necesitan mucho para estudiar e investigar (su palabra favorita). Por lo general son personas retraídas y aisladas, es su manera de “protegerse” del mundo (como en aquel famoso poema de Fray Luis… que sosegada vida la del que huye, del mundanal ruido y sigue la oculta senda de los pocos sabios que en el mundo han sido…). Un rasgo esencial de esta estructura es su singular modo de “sentir”. Mientras que la mayoría de las personas siguen un proceso que podría simplificarse según el siguiente esquema VIVIR —> SENTIR —> REFLEXIONAR. Los cinco “procesan” las vivencias según este otro esquema: VIVIR —> REFLEXIONAR —> SENTIREsto les coloca en una posición realmente privilegiada para el desarrollo de roles donde el control emocional sea una clave importante ya que son capaces de “congelar” sin demasiado esfuerzo sus vivencias emocionales e incluso posponer el análisis de las mismas con las consiguientes ventajas didácticas de dicho proceso.
EL CINCO EN LOS MERCADOS: Su punto flaco en los mercados viene dado por la baja resistencia a las pérdidas y su tendencia a manejar la realidad a través de modelos “mentales” preestablecidos, lo que les impide “fluir” con el mercado, ocasionando a menudo su “enganche” en posiciones indeseables. Su afán investigador y de “previsión” hace que inviertan muchas energías en la búsqueda -sin fin- de indicadores, sistemas o técnicas de especulación. Su necesidad de “prever” les convierte en los analistas perfectos, ya que invierten una gran cantidad de recursos mentales en esa tarea (a mi juicio, Gann y probablemente Elliott, desarrollaron esta estructura caracterial) El mercado puede constituir para ellos un profundo e interesante universo de experimentación, investigación, análisis… pero casi siempre en lo “mental”, quedando la praxis especulativa en un segundo plano, NO OPERAN (conlleva riesgos de pérdida y les conecta con una realidad menos interesante según su escala de objetivos e intereses). En definitiva, su interés en muchas ocasiones no es tanto de “retorno económico” como de estimulación intelectual ante el reto que supone el mercado. Deberían prestar atención en el terreno de la salud, a sus pulmones y sus huesos, y muy especialmente a sus tendencias “obsesivas” y de aislamiento.
Salu2. Pablo Devaux.

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