Dos Por El Dinero Brandon Lang (el atlético Matthew McConaughey) es un ex jugador de fútbol americano de las ligas universitarias alejado prematuramente del deporte debido a una lesión en una rodilla. Brandon se dedica a grabar pronósticos de partidos para una especie de 0-600 y como generalmente da en el blanco llama la atención de Walter Abrams quien dirige una asesoría de apuestas en Nueva York y ve en él a una gallina de huevos de oro. Contratado por Walter, Brandon viaja a la gran ciudad y muy pronto demuestra con creces sus condiciones para el negocio. En el camino, Walter y él entablan una relación compleja signada por las fluctuaciones de carácter del primero, antiguamente un jugador empedernido, y las dudas que la riesgosa actividad generan en el segundo (forzado a adoptar un alter ego de nombre más ganador: John Anthony). Con programa de tele propio y toda la plata habida y por haber a su disposición, la dupla goza de las mieles del éxito por un tiempo hasta que la aparición de un magnate apostador (Armand Assante) y algunos pálpitos malogrados de Brandon (o John Anthony) empiezan a mostrar ciertas grietas insalvables entre ambos. En este contexto la esposa de Walter, Toni (una ya algo ajada Rene Russo), se convierte en una pieza invaluable para interceder y calmar las aguas cuando la situación así lo demanda. Esta es mas o menos la descripción que uno encontrará en los medios especializados ahora vamos a ver lo que yo rescaté de la misma y que tiene que ver con el juego compulsivo tema al que siempre recurro cuando leo sobre la adicción al trading. En una parte de la peli Pacino dice mas o menos esto: el apostar, hablando cuando lo hace un jugador compulsivo, no es el problema. Estos apostadores son anómalos, tiene un importante defecto, los apostadores comunes, apuestan para ganar y los jugadores compulsivos lo hacen para perder. Si juegan a la ruleta se sienten más vivos cuando las fichas se van y no si vienen, y si vienen no pasará mucho tiempo para que se vayan nuevamente. El apostar no es el problema, el problema es la necesidad que tienen estos jugadores de sentir el convencimiento de que existen. Para ellos la mejor parte de la mejor droga del mundo no es el efecto, sino el momento antes de tomarla, los dados bailan en la mesa entre el ahora y el momento que paran. Ese es el momento de éxtasis. Alquilando el DVD también se puede mirar y escuchar el diálogo entre Dan Gilroy, el guionista y Brandon , ex mariscal de campo, que fue quien contó sus vivencias en las que se basa la película y cuyo personaje lo realiza McConaughey. Brandon cuenta que él nunca apostó y que solo asesoraba para que los demás apuesten en los partidos de football americano, es decir, les decía a los apostadores a qué equipo tenían que apostar en tal o cual partido, pero que la tentación de apostar esta siempre según lo que uno piensa por que uno cree tener algo que los demás no tienen. Cuenta además que los apostadores que ganan continúan apostando cada vez más y más y que sienten emociones extremas inimaginables, intensos escalofríos, éxtasis total, están allá arriba y creen que nunca bajarán, están bailando en la cuerda floja. Como sucede inevitablemente algún día la cuerda se corta y la caída es de golpe, como todo estaba jugado siempre, terminan en la ruina. Siempre fue, es y será así. Money Management ????? Control de las Emociones????? Plan-Disciplina y Psicología?????????? salu2
Pablo Devaux
martes, junio 26, 2007
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