Buda, un espejo y una naranja, la objetividad dentro del mercado.
Por R&R Forex Investments Esta es la segunda entrega de artículos filosóficos aplicados al mercado de divisas, el primero de ellos trato el tema de que cada momento en el mercado es único, y de igual manera que el primero este artículo pretende despertar la mente del lector y abrirla a nuevas ideas para que de ese modo mejore su operación dentro del mercado. En esta ocasión partiremos desde una de las muchas enseñanzas que nos dejo Buda, con lo cual buscaremos un entendimiento mas preciso acerca de la objetividad dentro del mercado, para este efecto solamente daremos algunos datos respecto de este gran personaje de mucha importancia para la humanidad, y de este modo poder comprender mejor el camino que recorreremos y el destino a donde pretendemos llegar. Buda nació entre los anos 563 y 560 de nuestra era en lo que es el actual territorio de Nepal, descendiente de una larga estirpe de guerreros y monarcas se crió en el seno de una familia de importancia para su época por lo que se puede decir que desde su nacimiento se esperaban cosas importantes, lo cual fue confirmado por un Brahman (brujo o visionario) de alta jerarquía, el cual predijo que dicho niño seria el mas grande de todos los Budas de todos los tiempos (en la cultura brahmánica se reconocía desde entonces la existencia de otros budas). De este modo Buda creció en los limites de su palacio viviendo una vida plena y llena de comodidades y lujos hasta que un día decidió dar una vuelta por las regiones cercanas para conocer la vida fuera del palacio, dicho paseo le hizo ver cuestiones con las que no había tenido contacto hasta ese momento: enfermedad, vejez y muerte, es así que al conocer dichas etapas de la vida fue marcado profundamente por lo que decidió a abandonar el palacio, esposa e hijo, y buscar la “verdad” por si mismo, pasaron muchas cosas durante su travesía en búsqueda de las respuestas que tanto anhelaba hasta que al fin llego el momento que lo marco como Buda y que se le llama su despertar, es precisamente ese despertar lo que utilizaremos para filosofar y aplicar sus enseñanzas al mercado de divisas.El despertar de Buda no le brindo una verdad absoluta sino un camino hacia el Nirvana, dicho despertar le dio a entender en su totalidad la razón y el motivo de los sufrimientos que hay en cada uno de nosotros y al comprenderlos fue capaz de deshacerse de ellos, puesto de una manera mas sencilla y llana (desde un punto de vista carente de “religiosidad”) se puede decir en una palabra: OBJETIVIDAD, pero para hacerlo aun mas comprensible veamos un ejemplo practico: Cada uno de nosotros podemos imaginar que vemos una naranja, pero no la vemos de modo directo, sino que la observamos a través de un espejo, si el espejo es terso, claro y se encuentra bien colocado enfrente de la naranja podemos observar la naranja con total certeza, es decir, tendríamos la imagen “correcta” de la naranja, y asi podríamos apreciar de modo correcto el color que tiene, su tamaño y todas sus características sin temor a equivocarnos y así poder decir que lo que vemos (a través del espejo) es una naranja.Pero cuando vemos la naranja a través de un espejo con manchas, o bien un espejo roto, o quizás que tiene curvaturas o esta mal colocado, lo que vemos a través del mismo nos puede parecer o bien una naranja, o bien una toronja o bien alguna otra fruta o hasta otra cosa cualquiera excepto una fruta y de este modo hacernos cometer un error al apreciar lo que tenemos delante de nosotros y que observamos a través de nuestro espejo. Para Buda la mente es como un espejo y “el yo” utiliza dicho espejo para observar y entender la realidad, lo cual puede causar problemas ya que si nuestro espejo esta “en mal estado” o bien “mal enfocado” nos puede brindar una percepción errónea de la realidad que nada tiene que ver con lo que realmente esta pasando en el mundo y lo que pasara con ello es que al no estar en “sintonía” nuestra percepción con el mundo exterior podemos caer en angustia, miedo o frustración. Hasta aquí podemos ver de modo muy práctico que si colocamos a dos personas frente a dos espejos diferentes entre si y a través del mismo tienen que observar una naranja, un objeto, una situación o a una persona, cada una de las personas puede ver cosas distintas sobre la “visión” que tenga enfrente de si, esto como resultado de las diferencias entre sus espejos, pero la esencia de esto es que no importa lo que las personas hayan visto de la naranja (o cualquier otra cosa) esta no dejara de ser una naranja, no dejara de tener sus características particulares aunque alguna de las personas diga todo lo contrario como resultado de una “mala percepción”. Ahora bien, hay algo que es innegable y que el amable lector estará de acuerdo con un servidor, y es que todos y cada uno de nosotros contamos con nuestro “espejo personal”, y con ello quiero decir el modo en como vemos y percibimos el mundo en el cual vivimos, en el cual respiramos, en el cual trabajamos, en el cual compramos y vendemos divisas. Dicho espejo nos es necesario para poder interpretar las situaciones que vivimos y experimentamos y por todo ello nuestro espejo se opaca, brilla, se mancha, se ensucia y se limpia con cada nueva experiencia por la cual atravesamos a lo largo de nuestra vida. Este espejo esta presente como ya dije en todos los aspectos de nuestra vida incluido el mercado de divisas. Pero, como podemos conocer o aplicar lo que hasta ahora hemos leído al mercado de divisas?Cualquiera que haya operado dentro del mercado se ha expuesto a situaciones similares, ya sea desde una cuenta demo o bien con dinero real. Sobre todo al principio de operar las bonanzas o traiciones por parte del mercado nos pueden llevar desde la euforia hasta la frustración y de ese modo ir moldeando nuestro espejo personal respecto del mercado y de la manera en como se desarrolla. Dicho de modo mas directo, cuando el mercado esta de nuestro lado dándonos dinero con la facilidad de hacer un clic se percibe como una mina de oro a la que consideramos el mayor descubrimiento de nuestra vida, sin embargo, cuando el mercado no se encuentra del todo de nuestro lado y nos muestra operaciones perdedoras no es mas que lugar lleno de traiciones y frustraciones al “hacernos esto”; así nuestro espejo personal cambia, se ensucia, se vuelve claro o bien opaco, y de este modo es como podemos perder la objetividad dentro del mercado. Adicional al ejemplo anterior podemos imaginar otro ejemplo práctico: Digamos que abrimos una posición compradora en 1.30 en el par euro/dólar con alto grado de apalancamiento, con dicho actuar le estamos diciendo al mercado (nos estamos diciendo a nosotros mismos) que esperamos (quizás hasta ansiamos) que el euro se fortalezca respecto del dólar, en caso contrario hubiésemos abierto una operación en corto. Ahora bien, que es lo siguiente que ocurre? El mercado se mueve algunos puntos en contra de nuestra posición, nosotros aun estamos tranquilos dado que dicho movimiento no ha ido demasiado lejos y “podemos permitirle” al mercado que lo haga, tiempo después el mercado no ha parado de ir en nuestra contra y para esos momentos las perdidas que se reflejan en nuestra plataforma son ya insoportables (tanto financiera como psicológicamente) entonces tomamos la decisión de cerrar nuestra operación y de ese modo aceptar las perdidas y ver disminuido nuestro balance. Sin embargo, una vez hecho esto, el mercado comienza a retomar el camino perdido y se dirige a nuestro antiguo punto de entrada lo rebasa y nos solo eso sino que se dirige derecho hacia el norte de nuestra gráfica dándonos la total razón en nuestras expectativas, pero he aquí el problema, nosotros ya no estamos dentro del mercado, no solo eso, estamos fuera de él y con una pérdida que se siente mas insoportable aun después de observar dicho movimiento, y si a eso le añadimos el hecho de que aun y cuando observamos que nuestras expectativas se cumplían no volvimos a entrar al mercado quedaremos totalmente llenos de frustración. Frustración por sentirnos defraudados por nosotros mismos, pero en especial con el mercado, por ser tan impredecible, tan poco entendible en ocasiones, por ser así de volátil y traicionero con nosotros, por jugar con nosotros de esa manera. Todo lo anterior moldeara nuestro espejo personal, en el sentido de que lo hará ver al mercado como un asunto peligroso, hará que nuestro espejo pierda objetividad, de hecho, aun y cuando la operación hubiera resultado ganadora puede causar que nuestro espejo personal sufra modificaciones y nos haga pensar cuestiones relativas al mercado que son faltas de toda objetividad, como lo puede ser considerarlo una “mina de oro” o que ganar dinero en el esta al alcance del mas minimo esfuerzo al hacer clic en nuestra plataforma de operaciones. Todo lo anterior hace que nuestro espejo personal sea curvo, sea borroso, opaco, oscuro, nos haga tener una visión estrecha, nos haga tener una mala percepción de la realidad que ocurre y que se palpa en un grafico de precios. Cada aspecto con el que lidiamos dentro del mercado (apalancamiento, escala de tiempo, toma de ganancias y toma de perdidas, etc. etc.) será una cuestión que puede afectar nuestra objetividad, y así finalizar las jornadas de operación sin saber que creer o que pensar por parte del mercado y totalmente confundidos. Por ejemplo, si operamos con alto grado de apalancamiento eso hará que pequeños movimientos impacten mucho en nuestra cuenta, entonces podríamos considerar que el mercado es muy volátil cuando en realidad nuestra exposición a el es lo que le hace parecer de esa manera. Podemos así mismo imaginar la situación descrita con anterioridad para ejemplificar otro hecho importante, comenzamos por imaginar un operación al alza, por lo que compramos euros, sin embargo, con la misma gráfica, con los mismos datos cualquier otra persona en cualquier otra parte del mundo puede tener un análisis opuesto al nuestro y esto es, que el par realizara un recorrido a la baja por lo que vendería euros en lugar de comprarlos, vemos de esta manera como el espejo personal de cada persona le puede hacer percibir cosas totalmente opuestas y contrarias pero como en el ejemplo de la naranja las percepciones no importaran, el mercado realizara su movimiento sin tomar en cuenta o considerar si estamos o no de su lado.Lo importante por lo tanto no es cumplir nuestras expectativas en un sentido estricto sino mas bien mantenernos enfocados a lo que el mercado ofrece y de ese modo poder tomar ventaja de ello, nuestra objetividad debe de estar mas allá de nuestra ultima operación ganadora o perdedora, mas allá incluso que nuestra reciente bonanza o nuestra pérdidas mas antiguas, debe de estar en un nivel lejano a los resultados que hemos obtenido, dado que de modo contrario mientras mas cercana se encuentre a nuestros resultados es mas probable que cometamos los mismos errores una y otra vez, y estoy hablando en ambos sentidos, ganador y perdedor, porque también podemos cometer errores aun y cuando ganemos, esto es, saliendo del mercado antes de tiempo o tomando beneficios cuando aun no es propicio. No iré tan lejos como para decirle al lector que existe la necesidad de romper o deshacernos del modo en como percibimos las cosas (nuestro espejo personal) para de ese modo estar en completa objetividad al momento de operar con divisas y obtener ganancias, esa no es la intención de este artículo, además, dicha empresa necesitaría de un momento de iluminación “estilo Buda”. De hecho la intención de este artículo es que el operador este consciente de las variables con las que tiene que lidiar al momento de estar operando en el mercado y como ellas pueden afectar su objetividad, de este modo dará un primer pero importante paso en lograr estar mas cerca de la objetividad y de ese modo tomar ventajas de lo que el mercado verdaderamente ofrece y no lo que uno espera del mismo.La objetividad en el mercado de divisas implica estar consciente de que en ocasiones podemos malinterpretar datos, estar atentos a los errores que uno mismo puede cometer pero no causados por un mal análisis, sino por una mala percepción de las cosas.
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